domingo, 15 de noviembre de 2009

TIEMPO DE INCERTIDUMBRE PARA LOS TRABAJADORES DE “MOLINA”.

“Recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres del trabajo, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y contribuir a orientar esos cambios para que se realice un auténtico progreso del hombre y de la sociedad” (Encíclica, Laboren Exercens,1)

Se vuelve a repetir la historia. Hace dos años los ex empleados de la antigua fábrica de productos cárnicos “Molina” (Primayor) de Jaén realizaron una marcha desde la misma fábrica hasta la puerta de la subdelegación del Gobierno de Jaén para reivindicar una salida justa ante el cierre y desmantelamiento de la empresa. El día 13 de noviembre se repite esta marcha, pero en este caso, los 145 ex trabajadores de la planta jiennense protestan por la situación de incertidumbre ante los plazos comprometidos por las administraciones local y autonómica sobre el calendario de implantación de las empresas Grupo Dhul y Proasego en la capital y ante el proceso de recolocación de los trabajadores.

El Secretariado de Pastoral Obrera de la Diócesis de Jaén estuvo presente en esta marcha. Nos interesamos por la situación actual que están atravesando los trabajadores a través del diálogo mantenido con su representante, D. Manuel López.

Ante esta realidad el Secretariado quiere manifestar su apoyo, solidaridad y su preocupación por el futuro de estos 145 trabajadores, además de recordar, como lo hace el Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate, 40 :

“Se ha de evitar que el empleo de recursos financieros esté motivado por la especulación y ceda a la tentación de buscar únicamente un beneficio inmediato, en vez de la sostenibilidad de la empresa a largo plazo, su propio servicio a la economía real y la promoción, en modo adecuado y oportuno, de iniciativas económicas también en los países necesitados de desarrollo.

Tampoco hay motivos para negar que la deslocalización, que lleva consigo inversiones y formación, puede hacer bien a la población del país que la recibe. El trabajo y los conocimientos técnicos son una necesidad universal. Sin embargo, no es lícito deslocalizar únicamente para aprovechar particulares condiciones favorables, o peor aún, para explotar sin aportar a la sociedad local una verdadera contribución para el nacimiento de un sólido sistema productivo y social, factor imprescindible para un desarrollo estable”

Esta empresa, emblemática para la ciudad de Jaén, ha sido desmantelada y los trabajadores y sus familias son los que están padeciendo las consecuencias. De ahí que nuestra Iglesia Diocesana se preocupe por ellos que sufren y son víctimas de un sistema económico que produce tantas injusticias, se muestre cercana a ellos y se comprometa como comunidad de seguidores de Cristo.

SECRETARIADO EPISCOPAL DE PASTORAL OBRERA. DIÓCESIS DE JAÉN.

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